lunes, 25 de abril de 2011

"GAVIOTAS A LA BOLOGNESA" Y "SLUM" son dos artículos que escribi mas o menos dos años atras. Los incorporo aqui despues de la nota escrita por Javier Soriano sobre Stephane Hessel

EURAU 2008. Comunicación. 17 enero de 2008. Aranjuez. C.C. Isabel de Farnesio




GAVIOTAS A LA BOLOGNESA


Hace tiempo que veo gaviotas en Madrid. Las he visto en cualquier parte del mundo. Lo inexpresivo de su gesto indiferente, si puede llamarse así, me sugiere la parte más insípida de las dimensiones del espacio, esa que solo habla de distancia.

Aparecen y se acomodan por Madrid en busca de comida, fuera de su habitat natural. Se posan con el mismo descaro sobre el gorro de un Napoleón ecuestre junto al Sena, sobre un rebuscado motivo ornamental de la Ciudad Prohibida pekinesa o en un parque de Helsinki, sordas ante el bello monumento a Sibelius, el mas venerado músico finés. Perfectas, adaptables, eficaces, insípidas.


Nos muestran que estamos en el mismo único mundo, no demasiado grande, un poco más allá o un poco más acá. Habrá gaviotas en los países africanos de la hambruna y la guerra permanente. Con la misma indiferencia contemplarán estas miserias y aquella abundancia. No sabrán donde están.


 Todo parece cuestión de lejanía o proximidad pero, kilómetro a kilómetro, el tiempo ha ido dejando una huella distinta en cada lugar. La distancia, cualificada por el tiempo, se ha hecho enorme.


Los hombres que habitan el extremo mas favorecido, bien demostrado esta, han preferido acentuar las diferencias antes que limarlas e igualar las condiciones de vida de los pueblos. La inercia de las cosas y los intereses mezquinos han ensanchado las distancias, que hoy parecen mayores que nunca. Tampoco han parecido nunca tan vacíos los “gestos” –época de gestos, de apariencias- en busca de una solución a este drama humano de gigantescas proporciones.

Hoy y desde hace años, Europa asiste, España es su frontera, a la desesperada invasión pacífica por parte de aquellos a los que primero explotó y luego ignoró, incluso pagando para evitar su competencia. El éxodo solo produce víctimas en los “invasores” sin que, al parecer, seamos siquiera capaces de evitarlas.

Pensando en estas cosas, observaba desde la terraza de mi estudio un avión que cruzaba el cielo bastante lejos y pensé lo interesante que resultaría - desde el punto de vista estético - un relato que contara una historia recordada por uno de sus pasajeros, a la vez que otra que sucediese en tiempo real en ese avión y la que ocurriera en el interior de cualquier casa de las que forman parte del paisaje visible desde sus ventanillas. Así, varias historias encadenadas sin más relación que su simultaneidad en el tiempo. ¡El mismo tiempo, real o imaginario, en espacios tan distintos!


Algunas películas contemporáneas han acudido a estos relatos corales que ponen en evidencia lo poliédrico de lo que llamamos realidad. Es una forma de captar lo más difícil: la conciencia de que el mundo que vivimos esta formado en realidad por millones de mundos simultáneos vividos por millones de seres distintos. Inmensidad de formas de sentir la realidad. Inmensidad de realidades fielmente reflejadas en las miradas captadas por los fotógrafos. Demasiadas veces lo único que les une es que suceden de forma sincrónica y lo que les separa infinitamente es su permanente divergencia, su irremediable extrañamiento.


El otro día escuchaba en “Redes” - que con “Metrópolis” es uno de los pocos programas que se pueden ver en TV - que una paloma -o una gaviota - pueden comer unas migas de pan sobre la hoja de un diario, pero no adquiere ninguna de las informaciones que contiene. No esta preparada para eso. El lenguaje es el gran atributo del ser humano, el que le permitió, comunicándose, defenderse, sobrevivir en los tiempos pretéritos y hacer evolucionar la especie. Cultivarse.


Hace algunos meses escuché y ví a una niña colombiana de unos doce años -que se ganaba la vida picando piedra para abrir una carretera- hablar un precioso castellano. Con un lenguaje claro, rico en matices y con palabras casi olvidadas en España, explicaba cómo transcurría su vida y hacia dónde se orientaban sus sencillas ilusiones.


Me resultaba inevitable compararlo con la forma – demasiado habitual- de comunicarse de mucha gente y también de los universitarios: un lenguaje tópico y sin alcance. Reductivo, con el uso de apenas tres centenares de palabras. Si existe correlación y parece que existe, este lenguaje empobrecido puede estar expresando de forma preocupante el empobrecimiento y falta de dimensión de las ideas.

Asistimos sin embargo a un desarrollo fantástico del mundo de la imagen, donde nuestros jóvenes parecen moverse más a gusto. ¿Estaremos cambiando definitivamente el lenguaje? ¿Dejará la palabra, escrita o hablada, de ser el medio habitual de la transmisión de las ideas? Si juzgamos por el tiempo que han dedicado desde la niñez primero a la TV y después a la fascinación del ordenador y los videojuegos y lo comparamos con el tiempo dedicado a la lectura, la respuesta parece clara y es la consecuencia natural de la pérdida de rumbo educativo en los colegios y en las familias. Tal vez no hemos sabido hacerlos compatibles.


La palabra es medio bien antiguo del que conocemos en buena medida sus recursos. Desentrañamos la retórica y, mal que bien, nos defendemos mas fácilmente de su cara oculta. Pero aún no conocemos suficientemente el poder de las imágenes. Su contenido semántico es un poderoso instrumento al servicio de cualquier idea. Lo que ya anticipaba el proverbio oriental se cumple hoy plenamente. Es creciente el deseo de los intereses económicos y políticos por utilizar y controlar los medios audiovisuales y servirse de las imágenes y su sugestivo lenguaje simbólico.


Es sustancia de la imagen la apariencia, donde fácilmente se oculta el engaño o, para ser mas exactos, donde es mas difícil descubrirlo que en la palabra. El nuevo vehículo de comunicación resulta difícil de desentrañar. Tener a mano una información tan extensa, diversa, sobre cualquier tema y que esta información este servida fundamentalmente por imágenes esta provocando un culto a la apariencia por encima de los contenidos.


El psicólogo norteamericano y profesor universitario Daniel G. Dennet explica que el autentico poder consiste en la posibilidad de cambiar las ideas de las personas, en conocer la mente del otro para poder manipularla y eso se consigue, sobre todo, entrando en su parte mas emocional. Pero esto precisa para su cultivo una generalizada actitud acrítica. Así han arrastrado los dictadores a sus masas. Solo el conocimiento - en realidad, como diría Chillida, el deseo de conocer - nos hace fuertes para discernir y elegir. En definitiva para ser libres.


Desearíamos encontrar en la gente joven que ocupa nuestras aulas una generación capaz de enfrentarse con firmeza a los problemas más acuciantes. Capaz de percibir, sentir y reflexionar sobre el mundo heredado y de ofrecer soluciones a la injusticia de los miles de muertos por hambre y enfermedades, a las guerras y conflictos artificiales, tantas veces provocados para ganar áreas de influencia económica o para vender y ensayar armas.


Desearíamos formar jóvenes capaces de cambiar la orientación de la respuesta del mundo privilegiado.


Esto ocuparía, para mí, el primer orden de los objetivos universitarios.


Sin embargo, lo preocupante es que resulta difícil esperarlo de una parte significativa de nuestros universitarios que, al menos colectivamente, parecen tener en la diversión inmediata su único objetivo más allá de los resultados de sus estudios. Esos problemas no forman parte de sus preocupaciones cotidianas, manteniendo una actitud acritica y prefiriendo evitar y esconder todo intercambio de ideas detrás de una música alta en sus lugares de encuentro. Cuando no del alcohol o las drogas como medio de traspasar la frontera de una realidad a la que, impotentes, prefieren dar la espalda.


Solo son una parte pero, incluso en los más concienciados, también preocupa su pasividad de acción. Su actitud habitual rara vez va más allá de un comentario pasajero.


Exagerado o no, lo cierto es que, en lo cotidiano, se ha sustituido lo importante por lo gracioso casi sin darnos cuenta, trivializando casi todo y ofreciendo la impresión de percibir y enjuiciar superficialmente las cosas. Es otra manera de dar la espalda.


¿No es este un escenario de indefensión, prólogo de otras dependencias y sometimientos?


Es complejo analizar de donde viene todo esto, cual ha sido su origen y su desarrollo temporal pero se ha acentuado, en todo caso, desde época relativamente reciente.


Parece como si las sufridas generaciones de las guerras y postguerras del recién pasado siglo hubieran querido imaginar para sus hijos una vida más fácil y que su libertad podrían obtenerla desde la despreocupación y la falta de compromiso. Ha habido en esto poco ejemplo y mucho abandono en las familias.


Pero también es la denuncia del fracaso de toda una cultura del éxito, del beneficio y del poder como objetivos, que ha dado como resultado el desinterés de los jóvenes y su mirada hacia otro lado ante una sociedad que presume de pragmática pero que, huérfana de idealismo, ni plantea ni resuelve los problemas.


La gaviota, aparentemente libre pero uniforme e indiferente y la actitud vital de la niña que trata de construir su libertad, pueden simbolizar los extremos de este paisaje.


Todo cambio es una oportunidad para la esperanza. Ninguna oportunidad debe ser descuidada. Estamos en el umbral de importantes cambios en la Universidad por el reto del espacio común europeo a partir del Tratado de Bolonia.

Sin embargo, las noticias no dejan de intranquilizarnos, pues la deseable regeneración ética que podría proporcionar una Universidad más humanista, más atenta a lo formativo y lo creativo, al alcance de todos, parece que tendrá que esperar y ceder ante las prioridades de la producción y de la empresa, si atendemos a los modelos propuestos.


El Informe Tunning, coordinado por la Universidades de Deusto y Groningen- la antigua Gruninga- fija objetivos académicos para todas las Universidades del Espacio Europeo de Enseñanza Superior. El Informe propicia un modelo de docencia centrado en la adquisición de competencias, habilidades y destrezas.


Leemos en las noticias universitarias algunas opiniones:


Ángel Ignacio Pérez, catedrático de Didáctica de la Universidad de Málaga defiende que es necesario enfatizar el valor de uso de los conocimientos.


Al parecer la empresa prefiere un joven competente que un sabio.


Ana Rioja, profesora de Filosofía de la Ciencia de la Complutense, en nombre de ACME, (Asamblea contra la mercantilización de la Educación) puntualiza:


Lo que esta en juego es la propia Universidad como Institución que genera y transmite conocimientos frente a una Institución subordinada a las demandas de los empleadores y las empresas.


No sé si una formación eficaz nos devolverá aquella esperanza en esta y próximas generaciones. La palabra eficaz debería ir acompañada siempre de una explicación: para qué; para quién.


Si analizamos los conceptos de competencia, eficacia y destreza a la luz de la empresa, llegamos a leer entre líneas una definición aclaratoria de los objetivos:


“Las Universidades deben formar individuos competentes, capaces de colaborar eficazmente en la lucha de las empresas para hacerse con una mayor parte del mercado.”


Esta claro, la Europa de los mercaderes ha decidido utilizar su influencia, su poder, para moldear, manipular, la Universidad a su imagen y semejanza.


Ante lo impopular de recortar la inversión en la Universidad Publica, al alcance de todos, se ha decidido degradarla a la americana, estableciendo un primer nivel de graduación de perfil bajo que aporte profesionales eficaces, ejecutivos y baratos a las empresas, mientras se reserva, no se a que precio, otros grados de formación, master y doctorado, seguramente mas rentables para las Universidades y que serán rápidamente valorados en el sector productivo en detrimento de aquellos.


La devaluación del primer grado– único realmente publico al alcance de una economía limitada - no solo es probable sino predecible. El modelo americano a seguir lo demuestra: Hace años tuve en mi estudio profesional a dos graduados en el primer grado de Arquitectura de Harvard que de ninguna manera superaban el nivel medio del tercer curso de la Escuela de Madrid.


También es esperable que, como en Estados Unidos, la Universidad Publica pierda progresivamente relevancia frente a la privada.


Con ser muy grave todo esto, la anunciada equivalencia de las titulaciones anteriores con el nivel de graduación- primer grado- tras la reforma es, entre otras consideraciones, un inmenso y vergonzoso fraude a los actuales titulados que, se diga lo que se diga, verán a medio plazo alterado el valor de su titulo. Espero que los arquitectos sepamos hacer frente a estos retos y que nuestro título –Arquitecto-, su contenido y competencias no se vean devaluados.
(este comentario parece haber quedado anticuado por acontecimientos algo mas tranquilizadores aunque no del todo)


Me resulta difícil entender a la vieja Europa, abdicando de forma tan sumisa de su propia historia, renunciando a sus propios logros, sustituyendo el original por la burda copia, cuando esta ni siquiera muestra buena salud ni ha sido capaz de aportar soluciones.


No creo que una Universidad al servicio de la misma idea que esta haciendo fracasar a Europa respecto de aquellos objetivos enunciados tenga ninguna respuesta nueva que ofrecernos. La Universidad es la esperanza para superar este mundo mercantilizado e injusto, nunca un instrumento a su servicio. ¿Estamos realmente dispuestos a permitirlo? Tomemos esto como una oportunidad – puede serlo- para mejorar cosas en nuestras Escuelas y no abdicar de nuestro auténtico objetivo.

Ninguna eficaz gaviota aprenderá a reflexionar sobre su existencia y aún menos sobre la de otros.


La niña colombiana, aspirante a invasora, seguirá necesitando de las palabras para sobrevivir. Probablemente esa sea la auténtica esperanza.


JOSE MANUEL SANZ Arquitecto


Profesor asociado del Dpto. de Proyectos
de la Escuela T.S. de Arquitectura de Madrid






2 comentarios:

  1. Cuan cierto...

    Y a pesar de provenir de un habitat marinom unas, y un habitat de roca, otras, ambas aves aprovechan las riquezas mundanas de unos y las miserias magnánimas de otros (o era al revés?) con la máxima indiferencia de quien eficazmente nace, crece (bien con carroña unas, bien con migajas otras), se reproduce, transmite enfermedades varias y muere...

    Y sin embargo mientras tanto, la pasividad individualista/egoísta hace que las diferencias se acentúen tan obscenamente que en lugar de sentir repelús por sendos animales, la humanidad sería más humana cambiándose por ellos... (irónico, no? quizá cruel, y sin embargo cierto...)

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  2. ¿Se ha convertido la Universidad en un producto de consumo, introducida en la inercia contemporánea?

    ¿Hay lugar para la reflexión hoy en día?

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